Los juguetes, electrónicos, ropa y más están en peligro por la crisis en las cadenas de suministro. Jimmy Chen de Bucknell University ha comentado que de acuerdo a los análisis de manejo de operaciones, los compradores corren el riesgo de que sus órdenes de países extranjeros no lleguen a tiempo para las fechas navideñas. Es decir, cualquier orden que sea colocada en este momento hay una alta probabilidad de que no llegue a sus manos muy pronto.
Se ha mencionado que en los puertos de Los Ángeles y Long Beach se recibe un 40% de los contenedores de cargo que entran a los Estados Unidos anualmente. Sin embargo, más de 80 barcos tuvieron que anclar en San Pedro Bay y esperar que fueran descargados en casi un doble de tiempo comparado con el mes de marzo. Los cargamentos de China hacia Estados Unidos toman aproximadamente 73 días para llegar a su destino final, esto es un 89% más en comparación de septiembre 2019. Es decir, un flete que sale de Shanghai tardaría 90 días para llegar a Indianapolis.
Asimismo, se han incrementado los precios de transporte un 47% más en comparación con el 2020. Se cree que parte del problema es cuando la economía estaba re-abriendo, pero aun así se le pedía a la fuerza laboral que no participara. Además, el cuello de botella del transporte marítimo no es una preocupación del consumidor. El cliente aun así seguirá realizando sus compras sin tratar de comprender el origen de la situación.
El brote de COVID-19 ocasionó que las plantas de manufacturación y puertos cerraran, dejando que los fletes se detuvieran por más tiempo. El volumen de cargo es un 30% más alto en los puertos de Long Beach y Los Ángeles por las horas extendidas por oficiales para levantar y regresar contenedores. No obstante, el no tener los empleados suficientes para la transportación ni los almacenes hace que el proceso sea más lento. Se dice que simplemente es muy complicado encontrar a personas que trabajen en estos puestos sin importar que tan alto sea el sueldo. Ni siquiera se encuentra personal de puestos básicos, como mensajeros, empacadores ni recolectores. Así que lo primordial para las empresas en este momento es el cuidar a sus empleados actuales.
El retraso en los pedidos también ha afectado a negocios. Por ejemplo, muchas empresas mencionan que los pedidos para las festividades navideñas suele recibirlas en el mes de julio, sin embargo, apenas están siendo enviados. Es decir, los retrasos provocan que queden cortos en mercancía, lo cual es estresante por que las ganancias no son las mismas. Además, por la pandemia, muchos negocios pidieron menos mercancía de lo usual porque se creía que no habría tantas compras, sin embargo, el resultado fue lo contrario. Lo cual significa que ahora no se encuentran con la oferta adecuada y se desconoce si podrán tener suficiente inventario. Así que las ventas navideñas serán todo un reto.
En Grupo On Time reconocemos las dificultades que la pandemia ha traído consigo, por lo que no nos rendimos y mantenemos la calidad de nuestros servicios.
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